Monumento a las Cortes de Cádiz |
Pero el liberalismo también tuvo en España un lugar especial, concretamente en la ciudad de Cádiz, entonces de gran renombre e importancia, por cuyo floreciente puerto, además de las mercancías de todo el mundo, llegaban las nuevas ideas de libertad que circulaban por Europa y que hicieron de Cádiz una urbe abierta, cosmopolita y liberal, una verdadera isla de libertades y de cultura en la España de aquella época. Fue en el Cádiz de las Cortes, entre los años 1810 y 1813, reunidas, primeramente, en San Fernando y trasladadas, poco después, a la capital gaditana, cuando el liberalismo ve la luz, promulgándose en 1812 la primera Constitución española, modelo de otras Constituciones europeas y americanas, y llamándose liberales a los diputados que defendían esas nuevas ideas, protagonistas principales en la elaboración de aquélla, dotándose por primera vez a la palabra liberal del sentido politico que en la actualidad tiene, por contraposición a serviles o absolutistas, partidarios del absolutismo o poder absoluto del monarca, que defendían sin limitaciones de ningún tipo. Dos ideas o formas de entender la política y la sociedad que años después, tras la muerte de Fernando VII en 1833, llegarían a enfrentarse en las llamadas guerras carlistas.
Cádiz era una isla de libertad y cultura en la España de la época |
En el libro titulado El Habla de Cádiz, de Pedro Payán Sotomayor, se recoge esta palabra entre los muchos vocablos y expresiones de origen gaditano que el autor enumera, y menciona la cita del historiador Gregorio Marañón en el prólogo de otra obra, El Cádiz de las Cortes, de Ramón Solís, donde se dice que Cádiz, al principio de siglo, era de todas las ciudades de España la que por su cultura, su finura y su sentido universal tenía que sentir la honda responsabilidad de aquel viento que sopló sobre el mundo en el siglo XVIII, porque Cádiz, en la época de las Cortes, fue (...) una de las ciudades creadoras de la España moderna (2).
En Cádiz, pues, existía el caldo de cultivo que la convertiría en uno de los santuarios mundiales del movimiento liberal, en sus gentes, en sus costumbres, en la ideosincracia de su pueblo que, no olvidemos, lo integraban gaditanos de origen y de otras nacionalidades, comerciantes principalmente, atraídos por la actividad de su puerto que se habían establecido en la ciudad y echado raíces.
Mu clarificador tu artículo y ameno en su lectura.
ResponderEliminarMuchas gracias.
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