Una de las joyas, poco conocida, del patrimonio histórico-artístico de Cádiz es el plano-relieve o maqueta de la ciudad, realizada en el siglo XVIII, y conservada en el Museo de las Cortes, la cual reproduce a escala el Cádiz de la época, cuyas medidas son 12,52 metros de largo por 6,92 de ancho. Fue un proyecto del rey Carlos III, que deseaba tener las maquetas de las principales plazas fuertes españolas, aunque solo llegó a ejecutarse la primera de las proyectadas, que fue la de la plaza de Cádiz, debido a los elevados costes que suponía tal proyecto. Su construcción se llevó a cabo por el ingeniero militar y teniente coronel de infantería Alfonso Ximénez entre los años 1777 y 1779, en el que participaron diversos artesanos de la ciudad, usando materiales nobles, como pino de Flandes, caoba, ébano y márfil, con un total de 333 piezas. Es, sin lugar a dudas, un documento de gran valor e interés que nos muestra cómo era la ciudad en esos años y nos permite comprobar su evolución a lo largo del tiempo, su urbanismo, sus casas, sus conventos e iglesias, sus murallas, el puerto, destacando, entre otros, el conjunto de las Puertas de Tierra, con los desaparecidos
glacis que había en su frente, y la catedral, donde se aprecia el diseño original de las torres
que aún no se habían construido y que fue modificado posteriormente. Una vez concluida, la maqueta se trasladó a Madrid, donde permaneció hasta finales del siglo XIX, en que regresó a Cádiz, pasando por diversas vicisitudes hasta que fue instalada en el Museo Iconográfico e Histórico de las Cortes y Sitio de Cádiz en 1912 y restaurada en los años sesenta del pasado siglo.
El siguiente enlace de Diario de Cádiz es un completo reportaje fotográfico sobre la maqueta:
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