jueves, 24 de febrero de 2022

El atípico Carnaval de 2022

Este año Cádiz va a celebrar un carnaval atípico, debido, todavía, al impacto de la pandemia, tras dos años de la misma. El carnaval oficial, organizado por el Ayuntamiento de la ciudad, tendrá lugar en junio, entre los días dos y seis de dicho mes, celebrándose también en la Primavera el Concurso del Falla; en cambio, en otras poblaciones gaditanas sus Consistorios sí celebrarán los carnavales de manera oficial. Pese a todo, en febrero, fecha natural de celebración de esta fiesta, habrá en Cádiz, literalmente, un carnaval de la calle, sin programación oficial. La calle en el carnaval gaditano siempre ha sido y es protagonista, porque el pueblo lo vive y lo disfruta en ella, sin la cual no se entendería aquél; ahí están, si no, las numerosísimas chirigotas callejereas o ilegales, que no participan en el Concurso Oficial de Agrupaciones del Teatro Falla, pero que animan con sus coplas y sus tipos el ambiente callejero, lo  mismo que los romanceros y otras agrupaciones carnavalescas. Por tanto, el carnaval de este febrero sí que va a ser un carnaval, particularmente, de la calle, extraoficial, al no participar el Ayuntamiento, un hecho que no sucedía en la ciudad desde hacía más de un siglo y medio.

Este carnaval callejero, organizado por una plataforma ciudadana compuesta por peñas, hosteleros y colectivos carnavalescos, tendrá lugar entre el 26 de febrero y el 1 de marzo, destacando la participación de dichas agrupaciones ilegales y de los romanceros, tanto en la calle como en salas de fiestas, junto a otros actos.

Este fin de semana coincide, además, con la festividad, el lunes 28, del día de Andalucía, lo que atraerá a muchos andaluces y de otras regiones españolas a la capital gaditana para disfrutar de este carnaval especial. Un buen momento, además, para conocer la ciudad un poco mejor, visitando sus rincones más emblemáticos, sus monumentos y sus museos, sin olvidar, por supuesto, la degustación de su buena gastronomía, dispensada en bares, restaurantes y chiringuitos.

martes, 8 de febrero de 2022

Molinos de viento frente a la playa de La Caleta

Hay un proyecto de una empresa privada para la instalación de un parque eólico marino con 18 aerogeneradores o molinos de viento, de doscientos metros de altura cada uno de ellos, en aguas de la Bahía gaditana, concretamente en una zona comprendida entre las playas de La Costilla de Rota y La Caleta de Cádiz, a cuatro y seis kilómetros, respectivamente, de las mismas. Existen, no obstante, ciertos obstáculos que podrían impedir su instalación, al no ser factible en el litoral gaditano, según el Ministerio de Transición Ecológica, por la imposibilidad de compatibilizar el desarrollo de este parque eólico con las actividades de la Defensa Nacional en esta zona del Atlántico, con la seguridad de la navegación aérea y marítima, al estar en la bocana de entrada al puerto de Cádiz y frente a la Base Aeronaval de Rota, y, por último, por razones medioambientales, al estar ubicada en una Zona de Especial Protección para las Aves, además de estar a muy poca distancia de playas de gran valor turistico, como son las de Cádiz, Rota y El Puerto de Santa María. A lo que habría que añadir el gran impacto visual que esos gigantescos molinos producirían, rompiendo de lleno la belleza de este mar y de sus vistas. Espero que todas estas razones impidan el desarrollo de este proyecto y que, finalmente, no lleguen a instalarse dichos aerogeneradores.

Más información en el siguiente reportaje de Diario de Cádiz:

https://www.diariodecadiz.es/cadiz/parque-eolico-no-factible-Golfo-Cadiz_0_1654034992.html

martes, 1 de febrero de 2022

La ruta comercial entre Cádiz y Manila

Durante el siglo XVIII Cádiz fue el puerto más importante no solo de España, sino de toda Europa, como antes lo había sido el de Sevilla, sobre todo a raíz del traslado de la Casa de Contratación y Consulado de Indias desde esta ciudad a la capital gaditana en el año 1717, hecho que le permitió monopolizar todo el comercio con las colonias españolas de Ultramar, aunque esta pujanza del puerto gaditano era ya una realidad desde finales de la centuria anterior. Fruto de esta relevancia, la Corona española decidió establecer una ruta comercial que uniera de manera directa Cádiz con Manila, en las islas Filipinas, doblando el Cabo de Buena Esperanza, en el extremo meridional del continente africano, y atravesando el Océano Índico, para, así, poder comerciar, sin necesidad de hacer trasbordo en tierras americanas, con estas posesiones españolas del Pacífico, además de con otros paises de Asia oriental, como China, Japón o la India. Esta ruta se mantuvo activa entre los años 1765 y 1834, siendo realizado su trazado por el navío de la Armada española Buen Consejo, al mando del capitán Juan de Cassens, el cual habia zarpado del puerto gaditano el 26 de enero de 1768, recogiendo las referencias geográficas y los trazados de los puertos que componian la travesía en diecinueve cartas naúticas que se conservan en el archivo municipal de El Puerto de Santa María. Hasta ese momento, la única conexión existente entre España y Filipinas era a través del llamado Galeón de Manila, ruta que hacía el recorrido entre el puerto de Acapulco, en Nueva España (Méjico), y Manila, regresando los galeones al puerto mejicano en el llamado tornaviaje o viaje de vuelta, aprovechando la corriente marina del Kuro Shivo, destacando los intercambios comerciales de plata mexicana, porcelana y sedas chinas y especias y otros productos. Una vez en Acapulco, las mercancías eran transportadas por tierra hacia el puerto atlántico de Veracruz, de donde partían rumbo a los puertos de Sevilla y Cádiz, a través de la Flota de Indias, que era el sistema de navegación que unía ambas orillas del Atlántico, base del comercio entre España y sus colonias ultramarinas, que estuvo en uso entre los siglos XVI y XVIII, hasta la desaparición del monopolio comercial con el decreto de libre comercio de 1778.
Puerto de Cádiz en el siglo XVIII
La nueva ruta que unía los puertos de Cádiz y Manila duraba unos cinco meses y, a través de ella, España exportaba productos manufacturados, hierro, aceite de oliva y vino, e importaba tejidos de seda y de algodón, especias, índigo, cacao y café, entre otros. Junto a la ruta del Galeón de Manila, la de Cádiz-Manila, fue, pues, iniciadora temprana de ese fenómeno tan actual que es la globalización, al conectar tres continentes: Europa, América y Asia. Un aspecto éste de nuestra historia que habla del auge económico y comercial de Cádiz y de su puerto en aquellos años del siglo XVIII.


Rutas de la Flota de Indias y del Galeón de Manila