Durante el siglo XVIII Cádiz fue el puerto más importante no solo de España, sino de toda Europa, como antes lo había sido el de Sevilla, sobre todo a raíz del traslado de la Casa de Contratación y Consulado de Indias desde esta ciudad a la capital gaditana en el año 1717, hecho que le permitió monopolizar todo el comercio con las colonias españolas de Ultramar, aunque esta pujanza del puerto gaditano era ya una realidad desde finales de la centuria anterior. Fruto de esta relevancia, la Corona española decidió establecer una ruta comercial que uniera de manera directa Cádiz con Manila, en las islas Filipinas, doblando el Cabo de Buena Esperanza, en el extremo meridional del continente africano, y atravesando el Océano Índico, para, así, poder comerciar, sin necesidad de hacer trasbordo en tierras americanas, con estas posesiones españolas del Pacífico, además de con otros paises de Asia oriental, como China, Japón o la India. Esta ruta se mantuvo activa entre los años 1765 y 1834, siendo realizado su trazado por el navío de la Armada española Buen Consejo, al mando del
capitán Juan de Cassens, el cual habia zarpado
del puerto gaditano el 26 de enero de 1768, recogiendo las
referencias geográficas y los trazados de los puertos que componian la travesía en diecinueve cartas naúticas que se conservan en el archivo municipal de El Puerto de Santa María. Hasta ese momento, la única conexión existente entre España y Filipinas era a través del llamado Galeón de Manila,
ruta que hacía el recorrido entre el puerto de Acapulco, en Nueva España (Méjico), y Manila, regresando los galeones al puerto mejicano en el llamado tornaviaje o viaje de vuelta, aprovechando la corriente marina del Kuro Shivo, destacando los intercambios comerciales de plata mexicana, porcelana y sedas chinas y especias y otros productos. Una vez en Acapulco, las mercancías eran transportadas por tierra hacia el puerto atlántico de Veracruz, de donde partían rumbo a los puertos de Sevilla y Cádiz, a través de la Flota de Indias, que era el sistema de navegación que unía ambas orillas del Atlántico, base del comercio entre España y sus colonias ultramarinas, que estuvo en uso entre los siglos XVI y XVIII, hasta la desaparición del monopolio comercial con el decreto de libre comercio de 1778.
|
Puerto de Cádiz en el siglo XVIII
|
La nueva ruta que unía los puertos de Cádiz y Manila duraba unos cinco meses y, a través de ella,
España exportaba productos manufacturados, hierro, aceite de oliva y vino, e importaba
tejidos de seda y de algodón, especias, índigo, cacao y café, entre
otros. Junto a la ruta del Galeón de Manila, la de Cádiz-Manila, fue, pues, iniciadora temprana de ese fenómeno tan actual que es la globalización, al conectar tres continentes: Europa, América y Asia. Un aspecto éste de nuestra historia que habla del auge económico y comercial de Cádiz y de su puerto en aquellos años del siglo XVIII.
|
Rutas de la Flota de Indias y del Galeón de Manila
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario