domingo, 10 de enero de 2021

El Templo de Hércules



Reconstrucción ideal del Templo de Melkart
El Templo de Melkart, más conocido como Templo de Herakles o de Hércules, en su denominación griega y romana respectivamente, y también Heracleion Gaditano, fue uno de los santuarios más importantes de la Antigüedad, cuya fama se extendía por todo el mundo entonces conocido, citado por numerosos historiadores y escritores clásicos. Estos autores remontaban sus orígenes a tiempos de la guerra de Troya, en el siglo XII a. de C., coincidiendo con la fundación por los fenicios de la propia ciudad de Gadir en cuya isla se asentaba (según estas fuentes hacia el año 1.104 a. de C.), cronología que, por el momento, no ha podido ser corroborada por la arqueología, que data los orígenes de la ciudad en el s. IX a. de C. El geógrafo griego Estrabón en su Geografía (siglo I a. de C.) refiere que los fenicios fundadores de Gadeira (Gadir en lengua griega), procedentes de Tiro, alzaron el santuario en la parte oriental de la isla y la ciudad en la parte occidental. De manera que el templo estaría situado en lo que hoy es el islote de Sancti-Petri, frente a la playa y poblado de su mismo nombre, en la localidad gaditana de Chiclana de la Frontrera, que en tiempos antiguos estaba unido a Gadir, constituyendo una isla alargada llamada Kotinoussa.
Islote de Sancti-Petri desde la playa de La Barrosa
Melkart era el dios de la ciudad de Tiro, dios de la agricultura y protector del comercio y de la navegación, posteriormente asimilado a Herakles o Hércules. Este héroe mitológico griego, mítico fundador de Cádiz, a donde había acudido para ejecutar uno de sus famosos doce trabajos,  a saber matar al gigante Gerión y robar sus toros rojos, estaba enterrado en el templo gaditano, según el historiador romano Pomponio Mela, causa de su fama en el mundo antiguo.
Estos doce trabajos de Hércules, según Silio Itálico (s. I a.C.), estaban esculpidos en letras de bronce en la fachada principal del santuario, la cual se hallaba flanqueada por dos grandes columnas, ante las que los navegantes realizaban sus sacrificios. El santuario estaría compuesto de varias edificaciones y un patio central. Sin imagen del dios titular del templo, en su interior ardía un fuego perpetuo custodiado por sacerdotes, que eran los únicos que podían entrar en el templo, teniendo las mujeres prohibida su entrada. Distintos altares representaban escenas de la vida de Hércules. Según el historiador griego Polibio (s. II a.C.) en el templo había dos pozos cuyo régimen de aguas era inverso al de las mareas, bajando en la pleamar y subiendo en la bajamar.
El templo de Melkart fue visitado por algunos de los personajes más ilustres de la Antigüedad, como Amílcar Barca, donde, según la leyenda, juró odio eterno a Roma; su hijo Aníbal, que lo visitó antes de emprender la conquista de Italia, y Julio César, el cual, según el historiador romano Suetonio, lloró ante la estatua de Alejandro Magno que había en su interior al no haber alcanzado a la edad de éste sus grandes triunfos, y en donde tuvo un sueño premonitorio sobre su posterior domino del Imperio.
Castillo de Sancti-Petri

Algún autor ha sugerido, incluso, la posibilidad de que las dos columnas que flanqueban la entrada principal del templo fuesen, en realidad, las famosas Columnas de Hércules que tradicionalmente se ha situado en el Estrecho de Gibraltar, identificadas concretamente con los montes Calpe (Peñón de Gibraltar) y Abyla (Ceuta).

El culto en este importante lugar sagrado de la Antigüedad se mantuvo de manera ininterrumpida hasta época romana, durante unos mil años, coincidiendo su decadencia y desaparición con la propia del Imperio, siendo, finalmente, abandonado y quedando a merced de los temporables, de la acción del mar, del ataque de piratas y del tiempo, llegándose a usar sus restos como cantera para nuevas construcciones en épocas posteriores. En el lugar que ocupara el templo o en sus inmediaciones se levantó durante la Edad Media un castillo reconstruido posteriormente, datando la fortificación actual de los siglos XVII y XVIII, la cual defendía el acceso al caño de su mismo nombre.

Melkart (Museo de Cádiz)
El santuario quedó consagrado a San Pedro, tras su paso por el lugar del apóstol Santiago, erradicando el culto pagano, de ahí el nombre de Sancti-Petri con que desde entonces se le conoce.

En la zona se han hallado importantes restos arqueológicos pertenecientes al templo que se conservan en el Museo Arqueológico de Cádiz, como dos estatuas romanas representando a un emperador romano en mármol y bronce (toracato), y diversas estatuillas de bronce fenicias y romanas representando a Melkart y a Hércules.

El compositor gaditano Manuel de Falla, que visitó Sancti-Petri, se inspiró en este lugar para componer La Atlántida, obra que la muerte le impidió concluir.

Cádiz en la Antigüedad. El punto inferior corresponde al Templo de Hércules

Julio César ante la estatua de Alejandro, lienzo del pintor vejeriego José Morillo (1853-1920)