domingo, 31 de agosto de 2014

Los diputados culiparlantes gaditanos

Las Cortes de Cádiz, cuyas primeras sesiones tuvieron lugar
en el Teatro de las Cortes de San Fernando, trasladándose
 posteriormente al Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz
Se dice del diputado culiparlante aquel que asiste a las sesiones del Congreso sin intervenir para nada ni participar en los debates, limitándose a votar lo que les manda el partido, sin aportar nada. Es una palabra que ha adquirido relevancia en los últimos años de democracia española, que define a las claras la condición de muchos de nuestros parlamentarios, que acuden al Parlamento, cuando lo hacen, simplemente a ocupar un sillón, aunque eso sí, cobrando sus buenos sueldos y dietas por el mero hecho de asistir.
Pues bien, este vocablo tan peyorativo tiene su origen en las Cortes de Cádiz, que elaboraron y aprobaron la Constitución de 1812,  y que pone de manifiesto el ingenio gaditano a la hora de expresarse y de llamar a las cosas por su nombre. Pedro Payán Sotomayor, en su libro "El Habla de Cádiz", dice lo siguiente sobre los culiparlantes: 
"El diputado de las Cortes de Cádiz que nunca intervenía en los debates y que se limitaba a votar solamente. En las Cortes de Cádiz existían numerosos diputados que nunca hablaban y cuya intervención se reducía a votar. Como esto se hacía mediante el sistema de levantarse o quedarse sentado, el pueblo gaditano con su guasa de siempre, vino a llamar a estos diputados los culiparlantes, es decir los que hablaban con el culo".
Ahí queda eso. Como podemos ver, hay cosas que, por mucho que pase el tiempo, nunca cambian.

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