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Cádiz durante el saqueo. A la derecha, varios soldados disparan contra la Virgen situada sobre la puerta de acceso a la villa medieval |
Ya vimos en el artículo anterior cómo una flota anglo-holandesa invadía y saqueaba Cádiz en el verano de 1596, en el contexto de la guerra entre España e Inglaterra. Ahora vamos a ver las trágicas consecuencias que trajo consigo este ataque.
Se estima que perecieron unas 2.000 personas entre civiles y militares, en una ciudad de 6.000 habitantes, es decir, un tercio de la población sucumbió ante este devastador ataque. El destrozo patrimonial fue enorme, siendo pasto de las llamas numerosos edificios entre casas, unas 300, lo que equivaldría aproximadamente a la mitad de la ciudad; iglesias, como las de Santa Cruz o Catedral Vieja, Santiago y San Francisco, y edificios públicos, siendo causa ésta de que apenas se conserven en Cádiz monumentos anteriores a dicha fecha, excepción hecha de algunos restos arquitectónico de la propia Catedral, que se salvaron de la quema, y del teatro romano, gracias a que en aquella época aún no había sido descubierto, oculto como estaba bajo la alcazaba y el barrio del Pópulo. Para defenderse de futuros ataques y saqueos, se procedió a fortificar la ciudad, con la construcción de murallas y castillos, encargándose de las obras el ingeniero militar Cristóbal de Rojas. Las pérdidas económicas, por su parte, fueron cuantiosas, estimándose en unos cinco millones de ducados, principalmente por la pérdida de la flota y de los cargamentos destinados a las Indias, además de por los bienes robados a los propios gaditanos. Las consecuencias económicas sobrepasaron el ámbito local, hasta el punto de declararse el Estado en quiebra ese mismo año .
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Lienzo de la Santísima Trinidad con las marcas de las cuchilladas que le dieron los ingleses |
Las huellas del saqueo aún pueden observarse en nuestros días, como en un retablo de la iglesia de Santiago de Cádiz, donde en un lienzo de la Santísima Trinidad quedaron las marcas de las cuchilladas que le hicieron las tropas invasoras, las cuales también tirotearon una imagen de la Virgen del Populo que se hallaba situada en una hornacina sobre una de las puertas de la muralla que daba acceso a la villa medieval, como se puede apreciar en la imagen superior, quedando marcados en el lienzo los impactos de las balas, que, posteriormente, se cubrieron con estrellas de plata para disimularlos.
El saqueo también tuvo su reflejo en la literatura, de la mano de Cervantes, quien lo inmortalizó en dos obras: una novela ejemplar, La española inglesa, que relata la historia de una gaditana que es secuestrada por un caballero inglés durante el saqueo y llevada a Inglaterra, donde se casa con un hijo suyo, y un soneto titulado Vimos en julio otra Semana Santa, que transcribo a continuación.
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Fuente: ciudadseva.com |
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