miércoles, 15 de julio de 2015

El Faro de Cádiz

Dibujo representando el faro existente
en Cádiz en la Antigüedad
Uno de los aspectos más sugestivos de la historia de Cádiz es el del faro, no del actual, sino del existente en la Antigüedad, el que durante siglos sirvió  para guiar las embarcaciones fenicias, púnicas y romanas que llegaban a estas islas del lejano Occidente en que entonces era Cádiz. Se sabe qué forma tenía gracias a una pintura mural aparecida en la factoría romana de salazón de la calle Sacramento, hallada en el antiguo solar del Teatro Andalucía, que alguien dibujó allí hace dos mil años, en donde se puede apreciar perfectamente la forma escalonada que poseía. Hay que suponer su ubicación en el mismo lugar o en las inmediaciones del actual faro, pues ahí se encontraba la entrada del Canal bahía-caleta que en aquella época dividía en dos la ciudad, al que ya hice referencia en un artículo anterior,  en cuya mitad estaría ubicado el puerto fenicio, primero, y romano, después.
 
Reconstrucción del antiguo faro
gaditano en una rotonda de Cádiz
Podemos hacernos una idea de su forma gracias a una reproducción realizada del mismo colocada en la rotonda del Mercadona, junto al barrio de Puntales de la capital gaditana.
Es importante no confundir este faro con la famosa Torre de Hércules que describen los autores árabes medievales, que estaría situada en la zona de Torregorda, y que también pudo servir como punto de referencia para los navegantes que cruzaban por estas aguas, entre otras razones porque, más que faro, esta construcción debió tratarse de un edificio conmemorativo romano en honor de Hércules, el mítico fundador de Cádiz, como reza en su escudo, y que también estaba construido a base de cuerpos superpuestos, coronándolo una estatua dorada con su imagen.
Faro en un grabado del siglo XIX
Con el paso de los siglos, un nuevo faro sustituyó a éste aprovechando una torre almenara allí existente, de las muchas que por entonces había a lo largo de la costa gaditana. Empezó a ser conocido como faro de San Sebastián, nombre con el que también fue bautizado el castillo que se levantó posteriormente, por una ermita del mismo nombre que habían construido los venecianos en el siglo XV, como muestra de agradecimiento a los gaditanos por la ayuda que habían recibido a causa de un epidemia de peste de la que habían sido víctimas. Numerosos grabados antiguos de la ciudad nos muestran este faro, el cual se mantuvo en pie hasta finales del siglo XIX, en que  fue mandado destruir por el gobernador de Cádiz, duque de Nájera, durante la guerra de Cuba, para evitar que sirviese de referencia a la marina norteamericana en un hipotético ataque a Cádiz. Aún se conserva la base de este faro en el interior del castillo de San Sebastián.

Actual faro en el castillo de San Sebastián
En su lugar se levantó el faro metálico que en la actualidad sirve de luz y guía a los barcos  que navegan por estas aguas. Aunque sin poseer la belleza de sus predecesores, este faro forma parte indiscutible del paisaje arquitectónico gaditano.

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