sábado, 29 de abril de 2023

Palabras gaditanas de uso común en España: "Cursi" (I)

Como complemento al último artículo publicado en esta página, titulado El habla gaditana, que trataba de la particular manera de hablar y de expresarse los gaditanos, con palabras y expresiones propias de Cádiz, algunas de las cuales han traspasado los límites de la ciudad y son de uso común en el resto de España, vamos a referirnos en éste y en próximos artículos a esas palabras gaditanas que ya forman parte del diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Uno de ellas es la palabra cursi, que tiene un curiosa historia, y que el diccionario define como la persona que pretende ser elegante y refinada sin conseguirlo, o la cosa que, con apariencia de elegancia o delicadeza, es pretenciosa y de mal gusto. 

Según el escritor e investigador gaditano Ramón Solís (1923-1978), citado por el profesor Pedro Payán Sotomayor, en su libro El Habla de Cádiz, esta palabra tendría su origen en el Cádiz liberal de la primera mitad del siglo XIX, en un contexto de decadencia de la burguesía gaditana: Pronto habría de surgir en la ciudad de Cádiz otra nueva palabra que incorporar el diccionario de la lengua española: la palabra "cursi". La palabra "cursi" surge en Cádiz en los años de esplendor liberal, durante la regencia de María Cristina (…). Es curioso que este término naciera en la Facultad de Medicina, centro simbólico de una clase media que desplazaba a la burguesía y la ridiculizaba. Ampliando esta información, Solís también hace referencia a un artículo de la revista gaditana La Estrella del año 1842, titulado Un cursi, donde se define con detalle este tipo, coincidiendo con el significado que tiene hoy día. El origen concreto estaría, pues, en una coplilla que unos estudiantes de Medicina habían dedicado a las hijas de un sastre francés avecindado en Cádiz, apellidado Sicourt, con la intención de mofarse de sus llamativos vestidos, cuyo estribillo decía: Las niñas de Sicourt, Sicourt, Sicourt, Sicourt..., dando lugar su repetición al sonido cursi. Se da la circunstancia de que en un teatro de Madrid se estrenaba en 1899 una obra del autor gaditano Javier de Burgos, titulada La familia Sicur, ambientada en Cádiz, que también señalaba a este apellido como origen de dicha palabra.

Para el historiador gaditano Adolfo de Castro (1823-1898), en cambio, la palabra habría surgido de las representaciones de un teatrillo de títeres llamado de la Tía Norica, creado a finales del siglo XVIII (conservado actualmente en el Museo de Cádiz), cuyas representaciones tenían lugar en un teatro existente en la actual calle Compañía a mediados del siglo XIX, derivando la palabra cursi del nombre de uno de los personajes, don Reticurcio, un médico, vestido de manera estrafalaria, que atendía a la Tía Norica, postrada en una cama tras haber sido corneada por un toro. La palabra se empezó a usar entre los gaditanos para referirse a aquellas personas ridículas o cosas que se creen elegantes, como sucedió en una tertulia de señoras de una casa gaditana, donde opinando sobre unas telas que una de las señoras había comprado a un mercader, una de ellas comentó que no había visto cosa más cursi en el mundo, contrayendo el nombre Reti-curci-o en la palabra cursi, tertulia donde el propio Castro, según cuenta, habría estado presente. De esta forma, se originaba en el Cádiz del siglo XIX un término de uso corriente en la lengua española.

Fuente

El Habla de Cádiz, de Pedro Payán Sotomayor. Quorum Libros. Sexta Edición revisada, 1997.

Diario de Cádiz, 5/12/2021


sábado, 1 de abril de 2023

El habla gaditana

Esta semana se ha celebrado en Cádiz el Congreso Internacional de la Lengua Española, que ha reunido a numerosos académicos y especialistas de los países de habla hispana para tratar el presente y futuro de nuestro idioma común, evento inaugurado por el Rey de España en el Gran Teatro Falla. La elección de Cádiz para este Congreso, que en principio se iba a celebrar en Perú, ha sido una decisión acertada por los lazos históricos que la unen con los países hispanoamericanos y por razones lingüísticas y culturales, que, además, ya contaba con la experiencia de haber organizado una Cumbre de Estados Iberoamericanos con motivo de los actos de celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812. Y lo es porque en esta ciudad la lengua española se entiende y se habla a la manera andaluza, pero, sobre todo, a la manera gaditana, con palabras y expresiones propias de aquí, que el pueblo gaditano, con su ingenio y su espontaneidad, ha ido creando a lo largo del tiempo, unas veces alterando su fonética; otras, dándole un significado nuevo o distinto al original, o creándolas directamente. El habla de Cádiz, entendida como una manera de ser y de sentir del gaditano, es un patrimonio inmaterial de gran riqueza y valor, como lo son el Carnaval, cuyas letrillas se nutren, a menudo, de esos vocablos y expresiones, o el arte flamenco. Palabras como bastinazo, casapuerta, culiparlante, cursi, chirigota, liberal, manolete, picha, piriñaca, quillo, refino, etc., o frases como Más se perdió en Cuba, Vámonos que nos vamos o tan conocidas como Viva La Pepa, y muchas más que el profesor Pedro Payán Sotomayor recoge en su obra El Habla de Cádiz, explicando el origen y el significado de cada una de ellas, algunas de las cuales han traspasado los límites de la ciudad y ya son conocidas en el resto de España, habiendo sido incluidas en el Diccionario de la Lengua Española.

domingo, 19 de marzo de 2023

Santuario de la Libertad

Monumento a las Cortes de Cádiz

Hoy, 19 de marzo, es un día especial para Cádiz porque se conmemora el aniversario de un acontecimiento político trascendental en la historia de España,, cual es la promulgación de la Constitución de 1812. Un texto que definía una nueva forma de organizar el Estado y recogía un conjunto de libertades, que los legisladores y diputados, principalmente liberales, discutieron y redactaron durante las sesiones de Cortes con el propósito de integrarlas en la vida pública de la nación española, una gran labor si se tiene en cuenta el poder que aún conservaba en aquellos años el Absolutismo y el Antiguo Régimen en España y otros países de Europa, que la revolución francesa había combatido a finales de la centuria anterior, poniendo las bases del Nuevo Régimen. Las Cortes de Cádiz cogieron el testigo de esta transformación política y social, aunque adaptándola a la realidad española, dando, así, a luz a la Libertad en nuestro país, entendida como un derecho fundamental de las personas frente a la tiranía del poder absoluto: libertad de pensamiento, de expresión, de prensa, separación de poderes, monarquía constitucional entre otros proyectos, sin duda, avanzados para la sociedad de aquella época. Y era normal que esta gran empresa tuviera lugar en suelo gaditano, no solo porque era el único territorio español, junto con la vecina San Fernando, libre de la ocupación napoleónica, en donde buscaron refugio muchos españoles que huían del invasor, sino, sobre todo, por su pueblo, por el carácter del gaditano, abierto, liberal, cosmopolita, culto, por cuyo puerto no solo entraban mercancías de las colonias españolas y de otras partes del mundo, sino también aires de libertad, nuevas ideas que traían los comerciantes de otras naciones de Europa que aquí se establecieron y, en muchos casos, echaron raíces. Existía en el pueblo gaditano ese sustrato, ese caldo de cultivo, que facilitó la ingente labor de los diputados, españoles y americanos, aquí reunidos, y que se manifestaba, por ejemplo, en la propia asamblea de las Cortes en el Oratorio de San Felipe Neri, asistiendo a las reuniones como público desde las balconadas y tribunas superiores del templo, aplaudiendo o abucheando, según las propuestas o asuntos debatidos por los representantes políticos en las distintas sesiones, o discutiendo sobre dichos asuntos en las tertulias y cafés. Por ello, la Constitución de 1812, modelo de otras europeas y americanas, el pueblo gaditano la sentía como propia, de ahí que fuese conocida popularmente como La Pepa. Porque lo que ella representaba, la libertad, era, y sigue siendo, protagonista de su manera de pensar, de su cultura, de sus fiestas y tradiciones. 

sábado, 21 de enero de 2023

Nuevos hallazgos púnicos y romanos

Enterramientos de Bahía Blanca
Los últimos hallazgos realizados en un solar de la barriada gaditana de Bahía Blanca ponen de relieve, una vez más, la gran riqueza arqueológica de Cádiz, donde cualquier nueva obra que se ejecute saca a la luz los restos de su remoto pasado, ocultos durante siglos o milenios en el subsuelo, una constante que se ha venido repitiendo a lo largo del tiempo, pero, especialmente, en las últimas décadas con la construcción de viviendas y otros edificios: restos de construcciones, necrópolis, abundantes ajuares compuestos de metales preciosos, cerámicas, objetos diversos, restos óseos, etc., que hablan de la importancia de Cádiz en la Antigüedad, tanto por la cantidad como por la calidad de los restos hallados. Bahía Blanca forma parte de extramuros de la ciudad, lo que aquí conocemos como Puertatierra, la parte moderna, que, en aquella época, era la zona de enterramiento de fenicios, púnicos y romanos, la gran necrópolis, que tantos restos arqueológicos ha deparado y sigue deparando, algunos de la importancia de los sarcófagos antropoides del Museo Arqueológico de Cádiz, donde también se expone una gran colección de piezas halladas en las distintas excavaciones realizadas; mientras que la urbe propiamente dicha, la Gadir fenicia primero y el Gades romano después, se situaba en lo que hoy es el casco antiguo, cuyo subsuelo está plagado de restos de esas antiguas civilizaciones, muchos de ellos aún por descubrir, y otros que se pueden visitar, como el teatro romano, el yacimiento Gadir, la factoría de salazón romana o el puerto fenicio, entre otros. 

En concreto, en Bahía Blanca han aparecido catorce tumbas púnicas de los siglos V y IV a. de C. realizadas con sillares y mampostería, algunas de ellas sin expoliar, con todo su ajuar completo, entre los que destacan objetos de bronce, de cornalina y de pasta vítrea, junto a los cuales ha aparecido también una necrópolis romana fechada entre los siglos I a.C. y II d.C, con enterramientos de inhumación y de incineración, hallándose entre los ajuares ungüentarios de vidrio, lucernas y cerámicas. Recientemente, se descubrió en un solar cercano un columbario romano, trasladado al Parque Kotinoussa, del que ya informé en un artículo anterior, titulado columbarios romanos, y hace unos años se localizaron varios enterramientos púnicos de la misma época anterior en el solar de la Subdelegación de Gobierno, también en la zona de Bahía Blanca, en muy buen estado de conservación y con un rico ajuar funerario.

Necrópolis púnica de Subdelegación, hallada en 2013
Fuente: www.diariodecadiz.es

sábado, 17 de diciembre de 2022

Cuando la revolución industrial llegó a Cádiz

Vista de Cádiz, de Alfred Guesdon (1853)
En la segunda mitad del siglo XVIII se inicia en Inglaterra la llamada Revolución Industrial con la introducción de la máquina de vapor en los procesos de producción, cambiando la fisonomía de pueblos y ciudades con la aparición de fábricas e industrias con sus chimeneas y del ferrocarril, un fenómeno que se extendería rápidamente por otros países de Europa Occidental y EE.UU., dando lugar a profundas transformaciones sociales y económicas, ya que suponía el paso de una economía basada en la agricultura y la vida rural a otra industrial y urbana, sentando las bases del mundo contemporáneo. Fue un proceso paralelo a los grandes movimientos políticos revolucionarios de la época, como la independencia de EE.UU y la revolución francesa, que supondría el triunfo de la burguesía como clase social dominante, cuyo papel en el siglo XIX sería decisivo. En el caso de España, estos cambios llegarían con retraso, debido a factores estructurales, pero sus efectos se irían notando a medida que avanzaba el siglo, aunque en zonas localizadas de la geografía nacional. 

La Revolución Industrial también llegaría a Cádiz a mediados de este siglo, como se puede observar en un dibujo que el litógrafo francés Alfred Guesdon (1808-1876) realizó durante su visita a la ciudad en 1853, durante su viaje por España, empleando una curiosa técnica consistente en elevar el punto de vista de la imagen, de tal forma que parece hecha desde el aire, ofreciendo, así, una interesante y detallada vista de la ciudad de la epoca. En ella, se aprecian los humos generados por dos chimeneas en el interior del casco urbano, así como los humos procedentes de varios barcos de vapor anclados en aguas de la Bahía.

Las chimeneas pertenecen a dos fábricas que estuvieron situadas en los barrios de Santa María y del Balón. La existente en el primero de los barrios, en la zona izquierda de la imagen, formaba parte de la primera fábrica de gas instalada en la ciudad, construida a base de ladrillos, de unos treinta metros de altura, concretamente en la actual plaza de la Merced, un espacio que había pertenecido al convento del mismo nombre, donde una máquina de vapor producía el gas que se distribuía, a través de una red de tubos de hierro, a las nuevas farolas de gas que el Ayuntamiento había instalado en las calles y plazas gaditanas para mejorar la iluminación nocturna, en sustitución de las antiguas farolas de aceite. Un alumbrado que las autoridades municipales habían inaugurado a finales del año 1846 que, además, podía ser extensible a aquellas viviendas particulares y comercios que lo solicitasen y que estuviesen próximos a la red de abastecimiento, siendo unas viviendas de la calle Sopranis las primeras en disponer de alumbrado de gas. Las compañías Lebón, Grafton y Goldmidt se habían hecho un año antes con la concesión del servicio, haciéndose cargo del mismo años después la empresa Zacheroni y Cía, construyendo unas nuevas instalaciones en extramuros de la ciudad, en la Segunda Aguada, instalaciones que serían ampliadas posteriormente por Lebón, tras hacerse, de nuevo, con el suministro de gas.

Fábrica de Hilados y Tejidos

La otra chimenea, a la derecha de la imagen, era de una fábrica de tejidos construida en el barrio del Balón en el año 1847 por la Empresa Gaditana de Hilados y Tejidos de Algodón al Vapor, S.A., siendo una de las primeras sociedades anónimas existentes en España en el sector textil, con un capital aportado por varios comerciantes y accionistas de casi dos millones y medio de reales. Se trataba de un edificio de ladrillo de cuatro plantas, cuya chimenea tenía una altura de 47 metros, que se elevaba sobre una base cuadrada. Una moderna maquinaria de vapor impulsaba el movimiento de cien telares, dando trabajo la fábrica a más de docientos obreros entre hombres, mujeres y niños, una imagen característica en el trabajo de las fábricas durante el siglo XIX, en donde las condiciones laborales y salariales eran pésimas. Gracias a la nueva industria, la producción textil aumentó considerablemente, aunque en detrimento de los antiguos telares, que vieron reducir su número al no poder competir con aquélla; no obstante, la empresa entraría en quiebra años después, cerrando y dejando en el paro a sus numerosos trabajadores.

La navegación a vapor fue otro de los grandes adelantos tecnológicos de la época, lo que favoreció el tráfico marítimo, tanto de viajeros como de mercancías, al ser un medio de transporte rápido, cómodo y seguro, como se puede apreciar en la imagen, donde algunos vapores aparecen fondeados en la bahia junto a los tradicionales veleros, a cierta distancia del puerto, pues no olvidemos que en aquellos tiempos, debido al poco calado de éste, los buques de mayor tamaño debían fondear aguas adentro. Diversas líneas de Vapores-Correos mantenían bien comunicado Cádiz con otros puertos europeos y americanos, así como con Canarias, Sevilla, Huelva y otros puertos españoles. Había, además, comunicaciones diarias de mañana y de tarde con las otras poblaciones de la Bahía gadiana, El Puerto de Santa María, Puerto Real, San Fernando y La Carraca, comunicaciones que se extendían al interior de la provincia a través de enlaces con líneas de carruajes, que las mantuvo bien conectadas por mar, cuando el ferrocarril aún no había hecho acto de presencia en nuestras ciudades.

Fuente:

https://www.diariodecadiz.es/cadiz/chimeneas-progreso-Cadiz-dibujos-Guesdon_0_1326767662.html

http://calleancha-ars.blogspot.com/2019/02/la-empresa-gaditana-de-hilados-y.html