martes, 8 de febrero de 2022

Molinos de viento frente a la playa de La Caleta

Hay un proyecto de una empresa privada para la instalación de un parque eólico marino con 18 aerogeneradores o molinos de viento, de doscientos metros de altura cada uno de ellos, en aguas de la Bahía gaditana, concretamente en una zona comprendida entre las playas de La Costilla de Rota y La Caleta de Cádiz, a cuatro y seis kilómetros, respectivamente, de las mismas. Existen, no obstante, ciertos obstáculos que podrían impedir su instalación, al no ser factible en el litoral gaditano, según el Ministerio de Transición Ecológica, por la imposibilidad de compatibilizar el desarrollo de este parque eólico con las actividades de la Defensa Nacional en esta zona del Atlántico, con la seguridad de la navegación aérea y marítima, al estar en la bocana de entrada al puerto de Cádiz y frente a la Base Aeronaval de Rota, y, por último, por razones medioambientales, al estar ubicada en una Zona de Especial Protección para las Aves, además de estar a muy poca distancia de playas de gran valor turistico, como son las de Cádiz, Rota y El Puerto de Santa María. A lo que habría que añadir el gran impacto visual que esos gigantescos molinos producirían, rompiendo de lleno la belleza de este mar y de sus vistas. Espero que todas estas razones impidan el desarrollo de este proyecto y que, finalmente, no lleguen a instalarse dichos aerogeneradores.

Más información en el siguiente reportaje de Diario de Cádiz:

https://www.diariodecadiz.es/cadiz/parque-eolico-no-factible-Golfo-Cadiz_0_1654034992.html

martes, 1 de febrero de 2022

La ruta comercial entre Cádiz y Manila

Durante el siglo XVIII Cádiz fue el puerto más importante no solo de España, sino de toda Europa, como antes lo había sido el de Sevilla, sobre todo a raíz del traslado de la Casa de Contratación y Consulado de Indias desde esta ciudad a la capital gaditana en el año 1717, hecho que le permitió monopolizar todo el comercio con las colonias españolas de Ultramar, aunque esta pujanza del puerto gaditano era ya una realidad desde finales de la centuria anterior. Fruto de esta relevancia, la Corona española decidió establecer una ruta comercial que uniera de manera directa Cádiz con Manila, en las islas Filipinas, doblando el Cabo de Buena Esperanza, en el extremo meridional del continente africano, y atravesando el Océano Índico, para, así, poder comerciar, sin necesidad de hacer trasbordo en tierras americanas, con estas posesiones españolas del Pacífico, además de con otros paises de Asia oriental, como China, Japón o la India. Esta ruta se mantuvo activa entre los años 1765 y 1834, siendo realizado su trazado por el navío de la Armada española Buen Consejo, al mando del capitán Juan de Cassens, el cual habia zarpado del puerto gaditano el 26 de enero de 1768, recogiendo las referencias geográficas y los trazados de los puertos que componian la travesía en diecinueve cartas naúticas que se conservan en el archivo municipal de El Puerto de Santa María. Hasta ese momento, la única conexión existente entre España y Filipinas era a través del llamado Galeón de Manila, ruta que hacía el recorrido entre el puerto de Acapulco, en Nueva España (Méjico), y Manila, regresando los galeones al puerto mejicano en el llamado tornaviaje o viaje de vuelta, aprovechando la corriente marina del Kuro Shivo, destacando los intercambios comerciales de plata mexicana, porcelana y sedas chinas y especias y otros productos. Una vez en Acapulco, las mercancías eran transportadas por tierra hacia el puerto atlántico de Veracruz, de donde partían rumbo a los puertos de Sevilla y Cádiz, a través de la Flota de Indias, que era el sistema de navegación que unía ambas orillas del Atlántico, base del comercio entre España y sus colonias ultramarinas, que estuvo en uso entre los siglos XVI y XVIII, hasta la desaparición del monopolio comercial con el decreto de libre comercio de 1778.
Puerto de Cádiz en el siglo XVIII
La nueva ruta que unía los puertos de Cádiz y Manila duraba unos cinco meses y, a través de ella, España exportaba productos manufacturados, hierro, aceite de oliva y vino, e importaba tejidos de seda y de algodón, especias, índigo, cacao y café, entre otros. Junto a la ruta del Galeón de Manila, la de Cádiz-Manila, fue, pues, iniciadora temprana de ese fenómeno tan actual que es la globalización, al conectar tres continentes: Europa, América y Asia. Un aspecto éste de nuestra historia que habla del auge económico y comercial de Cádiz y de su puerto en aquellos años del siglo XVIII.


Rutas de la Flota de Indias y del Galeón de Manila

viernes, 31 de diciembre de 2021

La Gadir fenicia a la luz de la arqueología

Reconstrucción del Templo de Melkart
Durante los últimos años, la arqueología ha ido poniendo de relieve el papel y la importancia de Cádiz y su bahía como enclave fenicio de primer orden en la Antigüedad; de Gadir, una urbe asentada sobre dos islas, Eritheia y Kotinoussa, en la primera de las cuales se situó la ciudad propiamente dicha, siguiendo la tradición de las metrópolis fenicias de construir sus ciudades en islas o peninsulas situadas frente a la costa, y en la segunda, en el extremo suroccidental de la misma, el famoso Templo de Melkart o Templo de Hércules gaditano. Es un hecho éste que confirma lo que ya sabíamos a través de los autores clásicos, los cuales aludían sin excepción a esa importancia. La arqueología, pues, está sacando poco a poco a la luz ese legendario pasado fenicio gaditano, como viene haciendo en las últimas décadas. Yacimientos como el de Gadir, en pleno centro de Cádiz; Doña Blanca, en el Puerto de Santa María; los hornos púnicos de San Fernando y, en las últimas semanas, el descubrimiento de estructuras submarinas en el caño de Sancti-Petri, entre Chiclana y San Fernando, frente al islote del mismo nombre, que podrían pertenercer al templo de Melkart, una zona donde desde hace mucho tiempo han aparecido numerosos restos arqueológicos conservados en el Museo de Cádiz, al igual que los sarcófagos antropoides púnicos de este mismo museo, pertenecientes a la necrópolis gaditana, hablan por sí solos de ese esplendoroso pasado fenicio y púnico de la bahía gaditana, centro del comercio de todo el Mediterráneo occidental y de la costa atlántica durante el primer milenio antes de nuestra era.

https://elpais.com/cultura/2021-12-27/cadiz-descifra-el-rompecabezas-de-su-pasado-fenicio.html?ssm=FB_CC&fbclid=IwAR30rlqzPn4AmbGlTjyLAbo8HBtbrxBywviPbra519WbGbLcfSB_Xd4rxZk

sábado, 30 de octubre de 2021

¿La Atlántida en la costa de Cádiz?

La Atlántida, esa antigua y avanzada civilización, desaparecida tras un cataclismo, que describe Platón, ha sido noticia estos útlimos días como consecuencia de unas investigaciones llevadas a cabo por un equipo arqueológico que la sitúa en la costa gaditana, cuyos restos afirma haber descubierto. No es la primera vez que se ubica en la zona de Cádiz; otros investigadores en el pasado también lo han hecho, como el arqueólogo alemán Schulten a principios del siglo pasado, que la relacionó con Tartesos, aunque también se ha localizado en otros lugares del mundo. Para algunos historiadlores, en cambio, esta civilización no es más que invención del propio filósofo griego para exponer algunas de sus ideas politicas.

Platón describe la Atlántida en sus diálogos Timeo y Critias, según el cual era una fabulosa civilización construida sobre una isla situada más allá de las Columnas de Hércules (Estrecho de Gibraltar), que alcanzó gran riqueza y poder nueve mil años antes de su época, es decir, hace más de once mil años, y que llegó a dominar gran parte de Europa y del norte de África. Estaba rodeada de canales y anillos concéntricos de agua, con murallas y edificios imponentes, sucumbiendo en un día y una noche como consecuencia de un gran cataclismo que la sumergió bajo el mar.

En el programa Cuarto Milenio, de la cadena Cuatro, dirigido por Iker Jiménez, el periodista entrevista al arqueólogo responsable de dichas investigaciones, Michael Donellan, donde da algunas claves interesantes sobre las mismas.

https://www.cuatro.com/cuarto-milenio/atlantida-platon-espana-sumergida-costas-cadiz_18_3223771000.html

viernes, 15 de octubre de 2021

Gadir, una de las grandes ciudades de la Antigüedad


Cádiz, la mítica Gadir fenicia y Gades romana, fue una de las ciudades más importantes de la Antigüedad, no solo de la Península Ibérica, sino del entonces mundo conocido, descrito así por los autores clásicos y corroborado cada vez más por la arqueología, gracias a los numerosos hallazgos aparecidos en distintos puntos de la ciudad, sobre todo en los últimos años. Fundada por los fenicios en torno al año 1000 a. de C., fue convertida en su principal colonia de Occidente, desde donde podían controlar todo el comercio de la zona, que le aportaría una gran riqueza y prosperidad, importancia que continuaría bajo la dominación romana, elevada ya a la categoría de ciudad, y siendo famosa, entre otros motivos, por su templo de Melkart o Hércules, visitado por las grandes personalidades de la época. De esta importancia da idea el hecho de que Gades contase con más de quinientos équites o caballeros (una de las clases altas de la sociedad romana), solo superada por Roma y Padua, según el geógrafo griego Estrabón (s. I d.C.). Para algunos historiadores e investigadores actuales, Cádiz sería equiparable a ciudades como Atenas, Esparta, Roma o Cartago, como se expone en el libro Mito y Arqueología en el nacimiento de ciudades legendarias de la Antigüedad, del catedrático de historia antigua de la Universidad de Sevilla César Fornis Vaquero, publicado por la Editorial Universidad de Sevilla, cuya reseña literaria transcribo a continuación:

El objetivo principal del presente libro es analizar el nacimiento y conformación, tanto en el plano mítico y literario como en el arqueológico, de un elenco de ciudades legendarias de la Antigüedad clásica que han marcado con su impronta el pensamiento y la cultura occidentales, ciudades cuyos meros nombres desatan nuestra imaginación: Atenas, Esparta, Tebas, Roma, Cartago y Gadir. Los progresos paulatinos de la ciencia arqueológica en los últimos años han confirmado, modificado o refutado, según los casos, la información aportada por la tradición literaria, compleja y sesgada en virtud del poder alcanzado por estas ciudades. Se trata por lo tanto de una puesta al día de nuestros conocimientos científicos sobre el origen de estas poderosas y emblemáticas ciudades, casi siempre oscuro y teñido por el mito, hondamente arraigado en una época arcaica en la que aún era infrecuente el uso de la escritura.