sábado, 21 de enero de 2023

Nuevos hallazgos púnicos y romanos

Enterramientos de Bahía Blanca
Los últimos hallazgos realizados en un solar de la barriada gaditana de Bahía Blanca ponen de relieve, una vez más, la gran riqueza arqueológica de Cádiz, donde cualquier nueva obra que se ejecute saca a la luz los restos de su remoto pasado, ocultos durante siglos o milenios en el subsuelo, una constante que se ha venido repitiendo a lo largo del tiempo, pero, especialmente, en las últimas décadas con la construcción de viviendas y otros edificios: restos de construcciones, necrópolis, abundantes ajuares compuestos de metales preciosos, cerámicas, objetos diversos, restos óseos, etc., que hablan de la importancia de Cádiz en la Antigüedad, tanto por la cantidad como por la calidad de los restos hallados. Bahía Blanca forma parte de extramuros de la ciudad, lo que aquí conocemos como Puertatierra, la parte moderna, que, en aquella época, era la zona de enterramiento de fenicios, púnicos y romanos, la gran necrópolis, que tantos restos arqueológicos ha deparado y sigue deparando, algunos de la importancia de los sarcófagos antropoides del Museo Arqueológico de Cádiz, donde también se expone una gran colección de piezas halladas en las distintas excavaciones realizadas; mientras que la urbe propiamente dicha, la Gadir fenicia primero y el Gades romano después, se situaba en lo que hoy es el casco antiguo, cuyo subsuelo está plagado de restos de esas antiguas civilizaciones, muchos de ellos aún por descubrir, y otros que se pueden visitar, como el teatro romano, el yacimiento Gadir, la factoría de salazón romana o el puerto fenicio, entre otros. 

En concreto, en Bahía Blanca han aparecido catorce tumbas púnicas de los siglos V y IV a. de C. realizadas con sillares y mampostería, algunas de ellas sin expoliar, con todo su ajuar completo, entre los que destacan objetos de bronce, de cornalina y de pasta vítrea, junto a los cuales ha aparecido también una necrópolis romana fechada entre los siglos I a.C. y II d.C, con enterramientos de inhumación y de incineración, hallándose entre los ajuares ungüentarios de vidrio, lucernas y cerámicas. Recientemente, se descubrió en un solar cercano un columbario romano, trasladado al Parque Kotinoussa, del que ya informé en un artículo anterior, titulado columbarios romanos, y hace unos años se localizaron varios enterramientos púnicos de la misma época anterior en el solar de la Subdelegación de Gobierno, también en la zona de Bahía Blanca, en muy buen estado de conservación y con un rico ajuar funerario.

Necrópolis púnica de Subdelegación, hallada en 2013
Fuente: www.diariodecadiz.es

sábado, 17 de diciembre de 2022

Cuando la revolución industrial llegó a Cádiz

Vista de Cádiz, de Alfred Guesdon (1853)
En la segunda mitad del siglo XVIII se inicia en Inglaterra la llamada Revolución Industrial con la introducción de la máquina de vapor en los procesos de producción, cambiando la fisonomía de pueblos y ciudades con la aparición de fábricas e industrias con sus chimeneas y del ferrocarril, un fenómeno que se extendería rápidamente por otros países de Europa Occidental y EE.UU., dando lugar a profundas transformaciones sociales y económicas, ya que suponía el paso de una economía basada en la agricultura y la vida rural a otra industrial y urbana, sentando las bases del mundo contemporáneo. Fue un proceso paralelo a los grandes movimientos políticos revolucionarios de la época, como la independencia de EE.UU y la revolución francesa, que supondría el triunfo de la burguesía como clase social dominante, cuyo papel en el siglo XIX sería decisivo. En el caso de España, estos cambios llegarían con retraso, debido a factores estructurales, pero sus efectos se irían notando a medida que avanzaba el siglo, aunque en zonas localizadas de la geografía nacional. 

La Revolución Industrial también llegaría a Cádiz a mediados de este siglo, como se puede observar en un dibujo que el litógrafo francés Alfred Guesdon (1808-1876) realizó durante su visita a la ciudad en 1853, durante su viaje por España, empleando una curiosa técnica consistente en elevar el punto de vista de la imagen, de tal forma que parece hecha desde el aire, ofreciendo, así, una interesante y detallada vista de la ciudad de la epoca. En ella, se aprecian los humos generados por dos chimeneas en el interior del casco urbano, así como los humos procedentes de varios barcos de vapor anclados en aguas de la Bahía.

Las chimeneas pertenecen a dos fábricas que estuvieron situadas en los barrios de Santa María y del Balón. La existente en el primero de los barrios, en la zona izquierda de la imagen, formaba parte de la primera fábrica de gas instalada en la ciudad, construida a base de ladrillos, de unos treinta metros de altura, concretamente en la actual plaza de la Merced, un espacio que había pertenecido al convento del mismo nombre, donde una máquina de vapor producía el gas que se distribuía, a través de una red de tubos de hierro, a las nuevas farolas de gas que el Ayuntamiento había instalado en las calles y plazas gaditanas para mejorar la iluminación nocturna, en sustitución de las antiguas farolas de aceite. Un alumbrado que las autoridades municipales habían inaugurado a finales del año 1846 que, además, podía ser extensible a aquellas viviendas particulares y comercios que lo solicitasen y que estuviesen próximos a la red de abastecimiento, siendo unas viviendas de la calle Sopranis las primeras en disponer de alumbrado de gas. Las compañías Lebón, Grafton y Goldmidt se habían hecho un año antes con la concesión del servicio, haciéndose cargo del mismo años después la empresa Zacheroni y Cía, construyendo unas nuevas instalaciones en extramuros de la ciudad, en la Segunda Aguada, instalaciones que serían ampliadas posteriormente por Lebón, tras hacerse, de nuevo, con el suministro de gas.

Fábrica de Hilados y Tejidos

La otra chimenea, a la derecha de la imagen, era de una fábrica de tejidos construida en el barrio del Balón en el año 1847 por la Empresa Gaditana de Hilados y Tejidos de Algodón al Vapor, S.A., siendo una de las primeras sociedades anónimas existentes en España en el sector textil, con un capital aportado por varios comerciantes y accionistas de casi dos millones y medio de reales. Se trataba de un edificio de ladrillo de cuatro plantas, cuya chimenea tenía una altura de 47 metros, que se elevaba sobre una base cuadrada. Una moderna maquinaria de vapor impulsaba el movimiento de cien telares, dando trabajo la fábrica a más de docientos obreros entre hombres, mujeres y niños, una imagen característica en el trabajo de las fábricas durante el siglo XIX, en donde las condiciones laborales y salariales eran pésimas. Gracias a la nueva industria, la producción textil aumentó considerablemente, aunque en detrimento de los antiguos telares, que vieron reducir su número al no poder competir con aquélla; no obstante, la empresa entraría en quiebra años después, cerrando y dejando en el paro a sus numerosos trabajadores.

La navegación a vapor fue otro de los grandes adelantos tecnológicos de la época, lo que favoreció el tráfico marítimo, tanto de viajeros como de mercancías, al ser un medio de transporte rápido, cómodo y seguro, como se puede apreciar en la imagen, donde algunos vapores aparecen fondeados en la bahia junto a los tradicionales veleros, a cierta distancia del puerto, pues no olvidemos que en aquellos tiempos, debido al poco calado de éste, los buques de mayor tamaño debían fondear aguas adentro. Diversas líneas de Vapores-Correos mantenían bien comunicado Cádiz con otros puertos europeos y americanos, así como con Canarias, Sevilla, Huelva y otros puertos españoles. Había, además, comunicaciones diarias de mañana y de tarde con las otras poblaciones de la Bahía gadiana, El Puerto de Santa María, Puerto Real, San Fernando y La Carraca, comunicaciones que se extendían al interior de la provincia a través de enlaces con líneas de carruajes, que las mantuvo bien conectadas por mar, cuando el ferrocarril aún no había hecho acto de presencia en nuestras ciudades.

Fuente:

https://www.diariodecadiz.es/cadiz/chimeneas-progreso-Cadiz-dibujos-Guesdon_0_1326767662.html

http://calleancha-ars.blogspot.com/2019/02/la-empresa-gaditana-de-hilados-y.html

martes, 18 de octubre de 2022

Estancia en Cádiz del pintor francés Eugène Delacroix

En mayo del año 1832 visitaba Cádiz el pintor romántico francés Eugène Delacroix (1798-1863), autor, entre otros, del famoso lienzo La Libertad guiando al pueblo. Llegaba a bordo de la corbeta francesa La Perle, procedente de Tanger, donde una delegación francesa había llevado a cabo una misión diplomática de su gobierno en Marruecos, pero debido a una epidemia en el país norteafricano, el buque fue obligado por las autoridades sanitarias gaditanas a permanecer en cuarentena anclado en medio de la Bahía. Finalmente, pasados unos días, pudieron desembarcar, alojándose el pintor y la delegación en una posada inglesa situada en la calle San Francisco. Durante su estancia en ella, además de las vistas de Cádiz que realizó desde la cubierta del barco, Delacroix realizó dibujos y acuarelas, en pequeño formato y en un cuaderno de viajes, de calles y plazas, del caserío con sus torres-miradores, del interior de algunos conventos y otros motivos, atraído por la luz de la ciudad, una producción que el pintor guardó en su taller parisino, pero que, tras su muerte, su familia catalogó situando erróneamente estas escenas en ciudades como Tánger, Sevilla o Córdoba, ciudad ésta última que ni siquiera visitó, o, simplemente, cayó en el olvido. Alguna de sus creaciones gaditanas sirvió, incluso, como modelo para otras pinturas posteriores de otros autores y escenarios históricos. El historiador Juan Antonio Vila, en un trabajo de investigación titulado Delacroix: embrujo y luz de Cádiz, ha podido corregir estos errores y dar a conocer estas acuarelas, repartidas en museos como el Louvre o el Thyssen, entre otros. Además de Delacroix, a lo largo del siglo XIX fueron muchos los viajeros románticos, escritores, pintores o fotógrafos que pasaron por Cádiz, en sus viajes por España, reflejando en sus obras sus impresiones sobre la ciudad.

El siguiente vídeo es una recreación histórica de la visita a la ciudad de Eugène Delacroix, presentado en el Festival de Cine Documental  Alcances de Cádiz 2022:

https://www.youtube.com/watch?v=dV7FuDJhgtc

Patio interior calle San Francisco


Plaza y Convento de San Francisco

Plaza de los Pozos de las Nieves, actual Argüelles

Interior del Convento de Santo Domingo

Vista de Cádiz desde la cubierta de La Perle

domingo, 2 de octubre de 2022

Columbarios romanos

Columbario antes de su traslado al parque Kotinoussa
Esta semana ha tenido lugar el traslado al parque Kotinoussa de Cádiz del columbario romano hallado en las obras de derribo de un chalé de la calle Juan Ramón Jiménez, noticia que recogía la prensa local, lugar donde quedará expuesto al público junto a otros restos arqueológicos allí existentes, un parque que en los últimos años se ha convertido en una especie de museo al aire libre. El columbario es un tipo de enterramiento de incineración, consistente en una cámara funeraria subterránea, con nichos abiertos en los lados para depositar las urnas con las cenizas de los difuntos, tratándose de un sepulcro de carácter familiar construido a base de sillares y sillarejos. Se da la circunstancia de que en un solar contiguo, donde se construyó un bloque de viviendas en los años ochenta, se descubrió otro columbario del siglo I d.C., conservado in situ, es decir, en el lugar original donde fue construido hace dos mil años, en el sótano de dicho edificio, con entrada por la calle General Ricardos. Dicho columbario está compuesto por nueve nichos, repartidos entre sus cuatro lados, mientras que el trasladado a Kotinoussa lo está por catorce vanos, distribuidos en dos niveles, del que se ha conservado el inferior. En ambos, un pozo situado en uno de los laterales servía de acceso al interior de cada cámara. Una estela funeraria o ara colocada en la superficie indicaría el lugar ocupado por la tumba. En cuanto al nombre columbario, es una palabra de origen latino que significa palomar, por su parecido con éste.

Columbario aparecido en 1986
El enclave donde ha sido hallado formaba parte de la necrópolis de Gades, situada en las afueras de la antigua ciudad, que abarcaba una amplia zona de la actual Puerta Tierra, en donde a lo largo de los años han ido apareciendo en las obras llevadas a cabo numerosos enterramientos, tanto de incineración como de inhumación en sus distintas modalidades, pues era costumbre de las ciudades romanas ubicar las necrópolis junto a las vías de acceso a las mismas. Junto a las romanas, también han aparecido gran cantidad tumbas fenicio-púnicas, de épocas anteriores, destacando, sin duda, los hallazgos de los dos sarcófagos antropoides fenicios del s. V a. de C., en los años de 1887 y 1980, los cuales pueden contemplarse en el Museo Arqueológico de Cádiz, además de los ajuares encontrados en los distintos enterramientos, formados por ungüentarios de vidrio, lucernas, piezas de cerámica y orfebrería, entre otros objetos, expuestos en sus vitrinas.
 
Un momento del traslado

Dibujo representando un columbario


martes, 20 de septiembre de 2022

Tricentenario de la Catedral de Cádiz y la Procesión Magna

Vista de la Catedral desde el Campo del Sur

El fin de semana pasado ha tenido lugar en Cádiz la Procesión Magna, un acontecimiento que ha llenado de gaditanos y visitantes las calles de la ciudad, atraídos por lo extraordinario de este desfile de diecisiete pasos de misterio, para conmemorar los trescientos años del inicio de la construcción de la catedral de Cádiz, proyectada por el arquitecto Vicente Acero en 1722. Unas obras que se prolongaron durante más de un siglo, debido, fundamentalmente, a problemas económicos, finalizando en el año 1838, en que fue consagrado el templo. Además de Acero, en su ejecucion intervinieron otros arquitectos a lo largo de todo este tiempo, que le imprimieron los gustos arquitectónicos imperantes en cada momento, resultando un edifico caracterizado por la mezcla de estilos, barroco y rococó en el cuerpo principal, neoclásico en cúpula, torres y remate de la fachada, formando un conjunto armonioso, que recoge influencias de otras catedrales españolas e italianas.`

Como cabeza de su diócesis, Cádiz fue sede catedralicia desde el mismo momento de su reconquista por el rey Alfonso X el Sabio en 1264, quien mandó construir una catedral de estilo gótico, incenciada siglos después por los invasores anglo-holandeses, dirigidos por el conde de Essex, que saquearon la ciudad en 1596. A principios siglo XVII, se levanta sobre sus restos la actual iglesia de Santa Cruz o Catedral Vieja, edificio de estilo manierista y de gran sobriedad exterior, destacando la torre del sagrario. El auge comercial de Cádiz a raíz del comercio con las colonias de ultramar desde finales de este siglo y, sobre todo, con el traslado de la Casa de Contratación de Sevilla a la ciudad en 1717, junto con el aumento de la poblacion, hizo ver al Cabildo la necesidad de construir una nueva catedral que sustituyese a la antigua y que estuviese en consonancia con los nuevos tiempos. Así se construyó la  Catedral Nueva, como es conocida, monumento emblemático de Cádiz, cuya vista destaca sobre el conjunto del caserío gaditano.

Más información sobre la catedral gaditana en el siguiente enlace:

http://curiosidadesdecadiz.blogspot.com/2016/05/la-ultima-de-las-grandes-catedrales.html