sábado, 10 de agosto de 2024

Batalla del Trocadero

Batalla del Trocadero
Con motivo de los Juegos Olímpicos que se están celebrando en París, ha cogido cierto protagonismo un espacio público de la capital francesa, la Plaza del Trocadero, nombre cuyo origen, posiblemente, desconozcan muchos parisinos y turistas que visitan la ciudad. Llamada así desde principios del siglo XIX, recuerda una batalla que tuvo lugar en la Bahía de Cádiz, concretamente en la isla del Trocadero,  en el término municipal de Puerto Real, en el año 1823, cuando el ejército francés, al mando del Duque de Angulema, conocido como los Cien Mil Hijos de San Luís, invadió España para liberar y reponer en el trono absoluto al rey Fernando VII. Retenido en Cádiz por el gobierno liberal, a donde se había refugiado huyendo del invasor francés, se llevaba a cabo de esta manera el mandato del Congreso de Verona por el que las potencias absolutistas de Europa pretendían erradicar el liberalismo del continente. El día 31 de agosto de dicho año, los franceses asaltaban por sorpresa y tomaban el fuerte del Trocadero, causando numerosas bajas entre los defensores españoles, desde cuyos muros sitiarían y bombardearían la capital gaditana, como ya ocurriera unos años antes durante la invasión napoleónica, consiguiendo, finalmente, derrotar al gobierno constitucional, liberar al rey, el cual embarcó en una barcaza con dirección al Puerto de Santa María, y ocupar la capital gaditana. De esta forma, se ponía fin al Trienio Liberal, iniciado en 1820, y comenzaba una época de represión absolutista conocida como Década Ominosa, que se prolongaría hasta la muerte del monarca en 1833.


miércoles, 15 de mayo de 2024

Un gaditano entre los fundadores de la ciudad californiana de Los Ángeles

Placa recordando la vida de José F. de Velasco y Lara
Un gaditano, de nombre José Fernando de Velasco y Lara, nacido en 1731, fue uno de los fundadores y primeros pobladores de las ciudades californianas de Los Ángeles y Santa Bárbara, a finales del siglo XVIII, pero no lo hizo como descubridor o explorador, como sí hicieron otros tantos españoles desde tiempos del descubrimiento de América, recorriendo las nuevas tierras y fundando pueblos y ciudades a lo largo y ancho del continente americano, sino de forma fortuita y circunstancial, según revela una investigación histórica llevada a cabo. De viaje por Méjico por razones de trabajo, creyendo que su mujer, Antonia Bravo, había fallecido, contrae segundas nupcias con una nativa llamada María Antonia Campos. Pero al llegarle noticias de que su primera esposa seguía viva, delito castigado con la muerte, decide enrolarse en una expedición militar por la Alta California para escapar de la justicia y de su cuñado que le andaba buscando, estableciéndose en julio de 1781 con su segunda mujer e hijos, junto con otros pobladores, en una zona que sería bautizada con el nombre de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles de la Porciúncula, origen del actual Los Ángeles, en EE.UU., uniéndose al año siguiente con su nueva familia a otra expedición que fundaría la ciudad de Santa Bárbara. Pero, pese al intento de José Fernando de escapar, sería, finalmente detenido y juzgado por la Santa Inquisición, anulándose su segundo matrimonio y siendo condenado al destierro, falleciendo poco después. Una placa en una plaza de Los Ángeles recuerda la vida y la familia de este gaditano desconocido.

Fuente:https://www.diariodecadiz.es/cadiz/historia-gaditano-fundo-Los-Angeles-Santa-Barbara-California_0_1894012278.html

sábado, 20 de abril de 2024

Hallados nuevos restos romanos

Las huellas del pasado gaditano no dejan de salir a la luz con cada nueva obra que se ejecuta en la ciudad, como ha venido sucediendo desde hace décadas, debido a la gran riqueza arqueológica de su subsuelo. Ahora, ha sido en unas obras que se están llevando a cabo en la zona conocida como Los Chinchorros, junto al antiguo cementerio de San José, a escasos metros de la Avenida Ana de Viya, donde ha aparecido un conjunto de enterramientos romanos de incineración del siglo I d.C., junto a diversas estructuras arquitectónicas, como una canalización hidráulica, una pileta y un muro de piedra, conectadas, al parecer, con el acueducto romano que pasaba por las inmediaciones, el cual abastecía de agua a la ciudad de Gades, traída desde los manantiales del Tempul, en la serranía gaditana. Esta canalización se usaría para la realización de rituales funerarios de purificación, habiéndose encontrado también restos alimenticios de origen animal, de cerámica y una urna funeraria con los restos de un niño. 

Estos enterramientos, como los hallados en fechas recientes en Bahía Blanca, formaban parte de la gran necrópolis púnico-romana que se extendía por una amplia zona de extramuros, llegando hasta las actuales Puertas de Tierra, en tanto que la ciudad romana, y antes fenicia, ocupaba lo que hoy es el casco antiguo gaditano. Esta riqueza arqueológica se explica por la propia condición insular que siempre ha tenido Cádiz, tanto en la antigüedad, conformada entonces por dos islas que se fusionaron, como en la actualidad, que ha impedido que la ciudad pudiera extenderse por otras zonas, reutilizando, de esta manera, su limitado espacio urbano a lo largo de la historia, construyendo siempre sobre lo anterior y usando las construcciones antiguas como cantera, de ahí que apenas se hayan conservado grandes edificios, excepción hecha del teatro romano de Gades.

Fuente: diariodecadiz.es 

viernes, 17 de noviembre de 2023

El Meridiano de Cádiz

Todo el mundo conoce o, al menos, ha oído hablar del Meridiano de Greenwich, esa línea imaginaria, perpendicular al ecuador, que cruza el globo terráqueo desde el Polo Norte al Polo Sur y que sirve de referencia para medir la longitud terrestre en grados y establecer el huso horario de cada zona del planeta. Greenwich es un distrito de Londres donde se ubica el Real Observatorio que da nombre al meridiano, referente mundial para determinar las distancia de cualquier lugar del mundo respecto a dicho punto, en virtud del acuerdo alcanzado en una conferencia internacional celebrada en EE.UU. a finales del siglo XIX, también conocido como meridiano cero, meridiano base o primer meridiano.

Pero antes, durante gran parte de los siglos XVIII y XIX, hubo otro meridiano de referencia en España, su imperio colonial y otros países del mundo, el Meridiano de Cádiz. La capital gaditana, a raíz del traslado de la Casa de Contratación y del Consulado de Indias en 1717, sustituyendo a Sevilla en el monopolio del comercio ultramarino, se había convertido en una próspera ciudad y un puerto de primer orden, lo que propició que se estableciera en ella el primer meridiano, cuyo promotor fue el marino y científico español Jorge Juan de Santacilia (1713-1773), quien en 1753 estableció el primer observatorio astronómico de España, ubicado en el desaparecido Castillo de la Villa, sede de la Academia de Guardias Marinas y del propio Meridiano gaditano. De esta manera, los marinos españoles y de otros países que cartografiaban las costas del continente americano y del Océano Pacífico tomaban como referencia en sus cartas náuticas y diarios de navegación el meridiano de Cádiz, el cual estuvo vigente durante más de un siglo, hasta que fue sustituido por el de Greenwich. 

Jorge Juan de Santacilia

Por desgracia, este es un aspecto relevante de nuestra historia apenas conocido y olvidado, circunstancia que viene a paliar en parte un panel informativo sobre el mismo en el escaparate de un edificio frente al muelle de la ciudad. Dicho meridiano recorría, entre otros lugares del casco histórico, además del Castillo, el Ayuntamiento, la Diputación Provincial o las murallas de San Carlos, aunque ninguna línea o placa en el pavimento gaditano o monumento recuerda tan importante acontecimiento histórico, como si ocurre en Londres u otras capitales europeas que también tuvieron  meridiano propio. Sería, din duda, un motivo más que pondría en valor nuestro pasado y nuestro patrimonio.

Para ampliar información, existe un libro titulado El Meridiano de Cádiz, cuyo autor es Miguel Ramos Grosso, publicado en el año 2015.

Vista parcial de Cádiz (s. XVIII). A la derecha, el desaparecido Castillo de la Villa, sede del Observatorio Astronómico, de la Academia de Guardias Marinas y del Meridiano de Cádiz


Panel informativo del Meridiano de Cádiz

sábado, 22 de julio de 2023

Ruta Bética Romana: Cádiz

La Ruta Bética Romana es una ruta turística que recorre diversas poblaciones de las provincias de Córdoba, Sevilla y Cádiz, en la antigua Bética, provincia romana del Sur de Hispania correspondiente a la actual Andalucía, una de las más romanizadas de todo el Mediterráneo, que disponía de importantes recursos agrícolas, pesqueros y mineros que Roma supo explotar durante todo el tiempo de su dominio. La ruta discurre por la antigua Vía Augusta, una de las más importantes, no solo de Hispania, sino de todo el Imperio, que conectaba con la capital romana, de la que Cádiz, antigua Gades, era la etapa final de la misma. La ruta permite conocer el legado romano de cada una de localidades por las que atraviesa, así como otros aspectos de su historia y de su cultura. De Cádiz, se destaca su papel como importante urbe romana, como se puede apreciar por los restos arqueológicos conservados y por las referencias literarias de los autores griegos y romanos, capital de uno de los cuatro territorios en que se subdividía la Bética, el Conventus Gaditanus; a cuyos habitantes les fue concedida la ciudadanía romana. La ruta hace un recorrido por el teatro romano, el segundo de mayor tamaño de Hispania y el más antiguo, la factoría de salazón y los restos del acueducto. Además del período romano, se repasan otros momentos de la historia de Cádiz, como su papel en el descubrimiento de América, de cuyo puerto salieron el segundo y cuarto viajes de Colón, el esplendor económico durante los siglos XVII y, sobre todo, XVIII, al monopolizar el comercio con las colonias americanas, tras el traslado a la ciudad de la  Casa de Contratación, y haber sido cuna en 1812 de la primera Constitución española. Se destaca, igualmente, su urbanismo, monumentos como las murallas o la Catedral y las características torres-miradores, desde las que los comerciantes gaditanos controlaban la llegada de los buques procedentes de ultramar, además de sus fiestas, su gastronomía o sus playas, completándose el recorrido con bellas panorámicas de la ciudad.